La crisis ha hecho que cada día nos duren más las cosas, recuerdo que antes estábamos deseando que se nos rompiera algo para poder comprar uno nuevo, bueno la verdad que quizás el término no es desear que se rompiera pero es verdad que no se le daba mucho cuartelillo. Nos dábamos con un canto en los dientes si de verdad nos duraba más de cinco años ya que en muchos productos es la fecha límite para que sigan funcionando bien. La llegada de nuevos modelos hacía que a la gente se le pasara envidia y quisiera estrenarlos antes de que el suyo hubiera terminado de morir, pero hoy como bien he dicho con la llegada de la crisis ese tiempo ha pasado y ahora quemamos hasta el último cartucho en pro de que nos dure un poco de tiempo más. Por ejemplo a la hora de comprar un electrodoméstico primero hacemos todo lo posible por arreglar el viejo y si vemos que resulta imposible echamos un vistazo a los de segunda mano por si tenemos la suerte de encontrar una buena ganga, muchas veces podemos encontrar ciertas taras insignificantes que no afectan en absoluto el funcionamiento del aparato, pero sí a su precio ya que lo podemos comprar mucho más barato.
De igual modo podemos trasladar esto al mundo del motor, muchas personas estaban deseosas de comprar cuanto antes el coche de sus sueños, deshacerse de ese de segunda mano que aunque les ha salido bueno no deja de ser un coche viejo que hay que renovar. Los coches como todo tienen una fecha de caducidad que hay que tener en cuanta y aunque es verdad que con la ayuda de los desguaces les estamos concediendo más vidas que a un gato, la durabilidad de ciertas piezas cuando llega a su fin hay que desecharlas sin más. Llegado el momento en el coche ha llegado a su fin y hay que dar de baja un vehiculo en un desguace lo mejor que podemos hacer es beneficiarnos de lo fácil que nos lo ponen y darnos cuenta que no hay mal que por bien no venga ya que gracias a este paso vamos a poder comprarnos el coche que nos gusta o por lo menos uno similar, quedándonos al final con la tranquilidad de haber obrado de buenas maneras y de haberle dado el final que tanto merecía.